Para entender qué son los probióticos primero hay que saber de qué está compuesta la microbiota vaginal. Las paredes de la vagina están recubiertas por mucosa. En esta mucosa habitan las bacterias que conforman la microbiota vaginal, también conocida como flora bacteriana vaginal.
La microbiota actúa como una barrera natural contra los patógenos que intentan infectarnos. Aunque está compuesta de muchas bacterias que son beneficiosas, las más abundantes son los lactobacilos.
Los lactobacilos producen varias sustancias que actúan como antimicrobianos, como es el ácido láctico, que ayuda a que la mucosa tenga un PH más ácido y que muchos microorganismos patógenos no puedan vivir. Además, como los lactobacilos le hacen la competencia a los patógenos, si toda la mucosa está ocupada por lactobacilos y por otros microorganismos de la microbiota, los patógenos “no tendrán sitio”. Por lo tanto, tener una buena microbiota es beneficioso para nuestra salud, y por ello habrá que restablecerla cuando esté dañada.